Ángel Bravo Martínez
González Azamar: ¿Probará las hieles?
Con un gesto adusto, la mirada perdida, un tanto nervioso y a veces sarcástico a más no poder y rompiendo el silenció con sonoras carcajadas, acaso recordando anécdotas perversas dentro de su vida pública y política se le vio por última vez en los escenarios gubernamentales al ex alcalde de Catemaco Jorge Alberto González Azamar.
Y aunque usted no lo crea, el personaje de marras se encontraba rodeado de algunos servidores públicos y reporteros de la región de Los Tuxtlas quienes, algunos de ellos por cierto, sufrieron todo tipo de agravios en el pasado, como fue el caso del Coordinador del Transporte Público Rafael Hernández Rocha a quien le golpeó y amenazó de muerte siendo Delegado de Tránsito en Catemaco y todo por que estaba enchilado ya que no lo apoyó políticamente en su proyecto.
El escándalo fue mayúsculo por que la prensa regional y estatal se ocupó de ello al grado de que un video del “chamarreo” y cruce de palabras alvaradeñas de los protagonistas fue subido al Youtube por un aficionado y los hechos se denunciaron ante las instancias ministeriales y nada paso, bueno… sí, Rocha, perdonó el atentado “por que no pasó a mayores”.
¿De que se reía el ex alcalde cachetón, el ex sindico Sergio Guzmán Coubert, los reporteros y el servidor público?
Dicen, a mi no me crean, que era por el incidente que había tenido el munícipe catemaqueño Eliuth Cervantes Ramírez con miembros del Ejército y su escolta personal en las instalaciones del merendero Juan de la Luz Enríquez de San Andrés Tuxtla, lugar donde desayunan, comen y cenan diversos personajes de la vida pública y política de la región y en donde la ex alcaldesa Marina Garay tejió estrategias para quien le sucedería en el poder Rafael Fararoni y en donde de paso, el queso se le hizo engrudo a Manuel Rosendo Pelayo.
Ocurrió el pasado jueves durante el banderazo del inicio de la zafra del Ingenio San Pedro en Lerdo de Tejada, en donde el grupo empresarial Porres, invitó al Gobernador del Estado Javier Duarte de Ochoa a trascendental evento.
Aquí, González Azamar, emulando acaso a un personaje de la historia, aun no escrita, “No me metas a la cárcel” ceñía las cejas, parpadeaba constantemente las pestañas para que los parpados lubricaran los ojos, entresacaba la lengua de la boca para humedecer los labios resecos por la cruda que se traía, por los wuiskazos de la noche anterior y el presentimiento de su amarga realidad, el hombre que siempre ha gozado de las mieles del poder y que ahora está aun paso de saborear las hieles, agudizaba la mirada de roedor carroñero y desesperado insistentemente levantaba la mano derecha pretendiendo llamar la atención del mandatario veracruzano, quien distante a unos tres metros de él, prácticamente frente a frente, simple y sencillamente lo ignoró.
Al término de su intervención, en donde Javier Duarte de Ochoa ratificó su compromiso para fortalecer la economía de los cañeros y la industria azucarera en todo Veracruz; Camorrero y valentón, como ya es característico en él, sudando frio, se abrió paso en medio de casi una cuarentena de representantes de los medios de comunicación, líderes cañeros, gente de la iniciativa privada y diversos funcionarios públicos que acuerpaban al Uno de Veracruz y que estaba resguardado por los escoltas de la Marina, González Azamar llegó ante él por la espalda, Duarte de Ochoa de reojo con un gesto adusto lo evadió, y ya no le quedó de otra más que tocarle el hombro izquierdo, al tiempo de exclamar abruptamente; ¡¡Sr. Quiero hablar con usted… concédame unos minutos… tengo un proyecto…!!; respetuoso y con voz pausada el mandatario veracruzano exclamó, “no es el lugar ni el momento, te espero otro día en Xalapa… allá búscame y ya veremos…
Fue al otro día, el viernes, cuando los medios electrónicos de la Radio, Televisión y portales de Internet, con lujo de detalles daban a conocer la lista negra de los ex alcaldes, ex síndicos y ex tesoreros que ya contaban con órdenes de aprehensión y que eran buscados afanosamente por la Procuraduría General de Justicia. Pero nada más atraparon a unos cuantos, entre ellos Adán Sosa quien junto con su ex sindico Gregorio Valerio en Salta Barranca, duermen en el penal Zamora de San Andrés Tuxtla, el resto se peló o están amparados.
Alguien de muy arriba, acaso su padrino y protector Jorge Uscanga Escobar, le dio el pitazo para que González Azamar y camarilla pusieran pies en polvorosa y hasta el momento se hayan vuelto ojo de hormiga. La presunción del delito es nada más y nada menos por daño patrimonial por que no entregó la cuenta pública del 2009 y en las que se dice se “agandalló” la nada despreciable cantidad de 43 millones de pesos en perjuicio de la economía de los ciudadanos catemaqueños. Faltaría ver lo del 2010. T ´a cabrón.